Se
prepara una fiesta y espectáculo deportivo. Pero no hay que olvidar que se
juega un partido de fútbol. Es momento de analizar cómo llega el Pincha.
Foto: Infobae |
Estudiantes y Gimnasia vuelven a medirse en un
clásico platense. Esta vez, estará cargado de condimentos especiales que harán
del partido un atractivo a nivel nacional. Ambos llegan con realidades
similares en algunos aspectos, en otros, se desencuentran. El “León” está
obligado a ganar, y no solo para crecer en la tabla, sino también para
continuar su racha positiva en el Estadio Único.
Para empezar, hay que entender que Estudiantes
es un equipo en formación: el entrenador todavía no dirigió ni 10 partidos
oficiales y de a poco está dando muestras de lo que pretende del equipo. Otra
cuestión importante es que entre los jugadores nuevos del club, y la cantidad
de lesiones, es difícil encontrar un 11 titular que funcione de manera natural.
Sin embargo, hay algunos indicios de cómo puede plantearse el partido.
El conjunto de Nelson Vivas, viene de un duro
tropiezo tras la derrota frente a Huracán. Anteriormente, había mostrado
ciertos aspectos de buen fútbol con buenas actuaciones. Como local, ganó 1,
perdió 1, y empató el restante. Esto indica cierta irregularidad, ya que como visitante
consiguió dos victorias, y la ya mencionada derrota en el último cotejo frente
al “Globo”.
La idea de Vivas se basa en contar siempre con
la pelota. Mucha posesión y juego rápido por abajo, tanto en campo propio como
en el rival. Al no tener un 9 de área (en los últimos 4 partidos), niega
referencias en ataque, por lo que la movilidad resulta una de las principales
armas. Tal vez en cuanto a las falencias se puede destacar la falta de remates
largos, sólo Juan Cavallaro, que ya tiene dos goles desde lejos, y Gastón
Fernández, se animan a probar de media distancia. Al momento del desborde logra
lanzar buenos centros al área, pero la falta de altura se puede convertir en
otro punto flojo.
Teniendo en cuenta que Gimnasia tiene
centrales lentos, y laterales que les gusta acercarse a los mediocampistas, el
Pincha puede intentar mover las piezas del ataque para aprovechar la velocidad,
el desborde, y la gambeta. Los centros al área chica pueden ser un problema
para Enrique Bologna, que ha tenido ciertas complicaciones en los mano a mano
con delanteros rivales. En donde parece que Estudiantes puede tener la ventaja
es en la mitad de la cancha, donde cuenta con Santiago Ascacibar e Israel
Damonte, una dupla de gran momento que son el alma del equipo a la hora de
recuperar.
¿Las bajas? Leandro Desábato, el dueño de la
defensa, que le dejará la obligación a Jonathan Schunke de ordenar al equipo.
Carlos Auzqui, uno de los velocistas y acostumbrado a anotarle al “Lobo”. ¿Y
Lucas Viatri? A priori tendría la oportunidad de volver a jugar de titular, lo
que desplazaría a Facundo Quintana al banco, y cambiaría la manera de jugar del
equipo. Con una referencia que aguante la pelota, y 3 volantes libres por
detrás con la obligación de llegar al área rival.
Por el lado del visitante, Pedro Troglio
dispone un equipo ágil, con extremos que van y vuelven como flechas por los
costados. Walter Bou, que esta dulce, será el encargado de toparse con los
centrales. Lorenzo Faravelli, el que dirigirá la orquesta del mediocampo,
mientras Fabián Rinaudo y Roberto Brum intentan detener a los creativos.
Sin dudas será un partido entretenido como
todo clásico. Pero también, puede suceder que las características de ambos
equipos choquen y se contrarresten, provocando pocas acciones de gol y un juego
de imprecisiones. Las tablas indican que es un duelo parejo, la historia que
Estudiantes es favorito, pero la realidad muestra a dos equipos que con caras
nuevas quieren encontrar una identidad de juego para quedar lo más arriba posible
en la clasificación, y sin dudas también, ganar el clásico de la ciudad.
Por Emanuel
Peralta | @EmanuelPeralta7