Se terminó la novela de Matías Aguirregaray. El defensor se marchó a Peñarol, el club de sus amores y no volverá a jugar en Estudiantes.
El "vasquito" finalmente jugaráen Peñarol por un año. La operación se cerróen la semana a través de un préstamo y el olvido de una deuda que se mantenía para con el jugador. A mitad de certamen, Estudiantes sigue perdiendo a sus figuras.
Carrillo, Vera, Aguirregaray... Nombres fuertes que se marcharon. Gran venta la primera, las otras dos, con mucha presión por parte de los jugadores. El defensor uruguayo, que supo defender los colores del Pincha por dos años, decidióaceptar la oferta del club de sus amores y abandonar, por un tiempo, la institución platense. A pesar del pedido de Milito y la dirigencia, el desafío deportivo y el dinero, Matías optópor el corazón.
Sería ilógico juzgar su deseo de retornar a Peñarol, equipo que lo vio nacer, cuando en Estudiantes tanto se pide por los retornos de los ídolos. Aguirregaray es un jugador joven, con grandes aspiraciones y futuros, y aún mantiene el vínculo con el "león". Su salida, a pesar de ser dolorosa y sentida, le da la posibilidad de establecerse en el equipo titular al jugador más regular y poli funcional del equipo en los últimos tiempos, Leonardo Jara.
No se esperan por refuerzos, Estudiantes solo quiere reforzar la delantera. Las alternativas saldrán de los cimientos del club, y Peñarol recuperóa un canterano y se reforzócon otros jugadores como Diego Forlán, que le solucionarán muchos problemas que tuvo por su plantel corto. El "vasquito" despidióa sus compañeros, recogiósus pertenencias, y se marchóa su tercera aventura en el conjunto uruguayo. El común del hincha entendiósu decisión y agradece lo que brindópor la roja y blanca.
Por Emanuel Peralta / @EmanuelPeralta7