El presente del fútbol femenino es desalentador: falta de apoyo dirigencial, un plantel reducido por el alejamiento de jugadoras y un cuerpo técnico que aún no confirmó su continuidad, son las postales de este año gris. La dirigencia de Estudiantes deberá tomar las medidas necesarias para reacomodar el proyecto deportivo para el 2018.

Foto: Salvador Vega Valverde.

Hace unos días, el fútbol femenino recibió un reconocimiento en los Premios León por los 20 años de vida en el Club y por su participación en los torneos de AFA, situación que no condice con el presente. El arrastre de problemas que viene padeciendo la disciplina, terminaron por dejarla en estado crítico. 

Estudiantes terminó el año futbolístico ante San Lorenzo de manera milagrosa con un plantel disminuido en los últimos cuatro partidos: se armó como pudo para salir a la cancha y lógicamente, los resultados no acompañaron. La no presentación ante River y la duda del cuerpo técnico para continuar al mando, dejan a la deriva a la disciplina para 2018.

No es sorpresa que se llegue a esta situación extrema: es de conocimiento público la realidad por la que atraviesan los deportes amateurs. Desde 2016, el fútbol femenino se quedó sin presupuesto y los gastos de servicio médico, seguridad y - en varias ocasiones - el transporte fueron abonados por el plantel. Ante la imposibilidad de contar con una cancha en el Country, pasaron reiteradas mudanzas a diferentes predios de la ciudad.

Canchas de fútbol 5, el Bosque platense, la rambla de calle 32, hasta la utilización del Camping de SOSBA desde mediados de este año, no hace más que mostrar la falta de pertenencia por un lugar propio. Estos problemas, sumados a la falta de respaldo por parte del Club, golpearon fuertemente a las jugadoras y la mayoría decidió alejarse del Pincha.

Un desgaste físico y mental que también ha dejado sus secuelas en el cuerpo técnico encabezado por Bettina Stagñares: si bien, sus colaboradores han dicho presente en los últimos encuentros la continuidad no está asegurada para 2018, donde se desarrollará la segunda parte el campeonato. La falta de sustento económico y de recursos dejan a la vista la posibilidad de un alejamiento masivo.

En el aspecto deportivo, Estudiantes debe regresar a la competencia a partir de febrero (restan 12 fechas más los PlayOffs): en principio, lo hará con un plantel reducido y un panorama para nada alentador. Las soluciones se harán esperar hasta que las partes se reúnan en la sede social e intenten llegar a un posible acuerdo que ayude a acomodar a la disciplina.

Ahora la responsabilidad para enderezar el camino está a merced de la Secretaría de Deportes y de la Comisión Directiva. Llegó el momento de que el Club trabaje seriamente y sin hacer falsas promesas, para que en los próximos meses, el fútbol femenino recupere fuerzas después de tantos años de descuido y salvarlo de una inminente desaparición.
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