Se terminó el año y el básquet sufrió un cambio rotundo: tras ser protagonista a nivel nacional y local, en el segundo semestre se vio afectado por el recorte de presupuesto dictaminado por la dirigencia, aunque hay aspectos positivos como la promoción de jóvenes promesas. 

PH: Nicolás Braicovich
La temporada 2016 comenzaba de la mejor manera tras un casi excelente 2015, donde el Pincha quedó a un paso del TNA, dejando un sabor agridulce por ser finalista por primera vez y el haber faltado tan poco para el ascenso. Sin embargo, el equipo mantuvo la base y continuó siendo protagonista en el Torneo Federal.

Estudiantes era el líder de la División Metropolitana, siendo un torneo más exigente que el anterior: pero la conducción técnica de Mauricio López más la experiencia de jugadores como Bendel y Sartorelli, nutrían al plantel de confianza y liderazgo. Pese a un final irregular de la primera fase, el Pincha llegó a los PlayOff con un récord de 18-12.

Al mismo tiempo, un equipo con mayoría de juveniles y Sub-21 disputaba el Apertura de la APB bajo la conducción de Agustín Viñales, que también les daba rodaje pensando en la Liga Provincial Juniors. En un camino de aprendizaje, con aciertos y errores, se destacó la promoción de jugadores de inferiores y, con la vuelta de los mayores, Estudiantes clasificó al Súper 4, aunque caería en semifinales ante Atenas.

Volviendo al Federal, los albirrojos dejaron en el camino a San Martín de La Rioja, dejando la serie 3-1 para avanzar a semifinales. Pero Rivadavia de Mendoza sacaría ventaja con la localia: Estudiantes remontó un 0-2 pero cayó en el quinto juego y se quedó sin final. Aunque lo que ocurriría después dejaría anonadados a toda la familia del básquet.

Por decisión dirigencial, se hizo efectivo el recorte de presupuesto previo al comienzo de la Temporada 2016-2017. En un tire y afloje entre la disciplina y la Secretaría de Finanzas, el equipo estuvo cerca de no participar, ocasionado la salida de jugadores claves, que tenían que asegurar su fuente de trabajo. Se confirmó su presencia fuera de término y afrontó el segundo semestre con un plantel diesmado, con los referentes que permanecieron y mayoría de jóvenes que asumieron la responsabilidad de afrontar esa situación.

El panorama era similar en otro clubes, algunos se reforzaron de gran manera o mantuvieron sus planteles. La diferencia fue notoria en el arranque del torneo, aunque el Pincha no ligó mejor suerte y sufrió lesiones de sus principales figuras, terminando el año con un récord de 1-12. Por la APB, apostó por la base juvenil que necesitaba rodaje y pese a mostrar buenos momentos, en la última fecha descendió a la A2.

Lo más destacado: el esfuerzo de jugadores, cuerpo técnico y los dirigentes del básquet, que trabajaron a contrareloj para dejar al Pincha en competencia, mientras que sigue siendo uno de los mejores clubes de la Región, que continúa apostando en la formación de jugadores y nutre a la Primera con jóvenes promesas, que también pusieron la cara ante la situación narrada.

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