Gabriela Ramirez encabeza el proyecto de la escuelita de fútbol en Estudiantes. La ex jugadora habló sobre esta experiencia personal, tras su retiro de la actividad, y comentó los objetivos que tiene con la formación de las futuras generaciones. "Es una responsabilidad y es un placer haber llegado a este lugar". 


El encuentro ante San Lorenzo marcó un cierre de una etapa y permitió el comienzo de otro para la vida deportiva de Gabriela Ramirez. Luego de retirarse como jugadora, ahora sus metas personales apuntan al trabajo en la escuelita de fútbol del club y a la formación de las nuevas generaciones. En agosto cumplirá un año al frente del proyecto. 

"La llegada a la escuela me llegó en un momento donde yo ya estaba pensando en el retiro. Desde mitad del año pasado ya venía manejando la posibilidad". Gabriela destacó que la transición entre alejarse de las canchas con el día después no generó complicación y que se adaptó rápido a su nuevo rol: "Pensaba en que hacer después de jugar, de colgar los botines y para donde salir. Todo esto me dio el pie para empezar en la escuela y devolver lo que viví en el fútbol". 

Respecto a esta oportunidad agradeció a las dos personas que confiaron en su trabajo: ""Es una responsabilidad y es un placer haber llegado a este lugar. Agradezco a Bettina (Stagñares) y a Roxana Vallejos que me ofreció su lugar y con la que pude compartir unos meses. Me dijeron Gaby necesitamos que nos des una mano y que estés acá". 

Hoy en su etapa de formadora tiene bien el claro cuales son los objetivos a conseguir. Por eso comenzó con el curso de directora técnica y de esta manera empezar a devolverle al fútbol una parte de lo que logró en más de veinte años de carrera. "Hay que formarse de la mejor manera para dar lo mejor de uno. Hoy tenemos en las manos lo más preciado que son las categorías formativas".

La ex jugadora no pudo ocultar lo que le genera ser profesora: "Es una locura estar con las más chiquitas. Hay muy buen semillero, esperemos llegar a lo mejor y poder seguir creciendo con ellas". Por otro lado, remarcó que la escuela no solo se enfoca a lo futbolístico y lo deportivo. "No solo se enseña fútbol sino valores como amistad, compañerismo y lo primordial es formar personas". 

Gabriela mencionó la importancia del cambio social que ha permitido que más nenas se acerquen a la actividad y el rol que cumplen los padres en esta realidad: "Cambió mucho la mentalidad de los papás. Al abrirse un poco más la sociedad, más allá del colectivo femenino de lucha, los padres colaboran y son un empuje para ellas porque sin eso las nenas no estarían ahí".

Por último dejó un mensaje de reflexión y aliento para las nenas que se sienten cautivadas a jugar al fútbol: "Hay muchas que no se animan y no lo dicen. Hay que ayudarlas a que tomen la actividad como recreativa, que se acerquen al club y que vivan la experiencia de conocer otras nenas". 

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